lunes, 25 de noviembre de 2013

EPD 6: (parte 2) Marianela








El dibujo ha sido realizado con Julia Martínez, María Eugenia y una compañera de quinto. Y acordamos que debía ser tal y como la hemos representado y puede verse anteriormente, bautizada con el nombre de Marianela.

A través del dibujo hemos intentado hacer una descripción de cómo percibimos a un adulto mayor, en concreto una mujer. Seguramente, cada compañero habrá dibujado de una manera diferente a una persona mayor, dependiendo de cómo lo perciba y lo asocie con unas características y edad. Es cierto, que la señora representada sea un perfil parecido al de mi abuela, puesto que es mi figura de referencia de adulto mayor.

Puede decirse que al representar cada una de las componentes del grupo el dibujo con diferentes compañeros, es cierto que aunque son diferentes dibujos existen similitudes, ya que hemos creado a una señora mayor que forma parte de nuestro entorno y día a día.

   Describe brevemente el tipo de formación al que podría aspirar.

Conforme al dibujo establecimos en grupo que su formación parte con el graduado escolar. Es posible que le acuñáramos el graduado escolar y no un nivel de estudios superior, ya que no es habitual en la actualidad que una persona adulta mayor, de una clase media-baja, pudiera acceder a un nivel superior de estudios, por cuestiones económicas e históricas.

Pero con todos los cambios y con el fomento del envejecimiento activo, y por tanto añadir, el envejecimiento de la población, se han creado formas de ocio para personas mayores, formas de promover un aprendizaje continuo y además también disponen de más tiempo libre tras la jubilación. Y creímos posible que podría aspirar, a poder realizar cursos de informática, idiomas, pilates o yoga, coro o teatro, formar un grupo de lecturas, y un largo etcétera.

¿Cómo crees que será su actitud como estudiante?

Desde nuestra visión, la persona mayor dibujada tendrá una actitud participativa, social (abierta con ganas de conocer gente), actitud positiva, motivación constante con el nuevo aprendizaje.
Sin embargo, al compararlo con la realidad creemos que en muchos casos bastantes personas tienen una actitud negativa, creen ser incapaces para adquirir nuevos conocimientos, además que tampoco les interese aprender, ya que por su edad crean que no es necesario. Y nos gustaría añadir, que puede ser que no fuese ¨bien visto¨ por los maridos.

EPD 6 (parte 1): PEPA

                        

Esta EPD se ha realizado en grupo de dos, en este caso nosotras nos hemos dividido para realizar nuestro trabajo con otras compañeras y así realizar un trabajo desde diferentes perspectivas. Esta entrada se corresponde al trabajo realizado por Ángela Sánchez y yo, Jennifer.
El dibujo de Pepa, describe a una mujer adulta mayor, ambas hemos coincidido en dibujar una mujer quizás por ser las dos mujeres. La hemos dibujado (Ángela) con rasgos característicos de una edad avanzada, como son las arrugas. Hemos querido expresar como nos imaginamos a una mujer adulta mayor físicamente, con el pelo no muy largo, con falda por debajo de la rodilla, bolso y ropa no muy llamativa.

1.    ¿Describe brevemente el tipo de formación al que podría aspirar?

Consideramos que por lo general, como cualquier tipo de persona puede aspirar a cualquier tipo de formación que se proponga.
Pero según nuestro prototipo de persona adulta mayor, la mujer del dibujo, nos parece que podría o suele acercarse a la escuela de adultos para aprender a leer o escribir, además de conocimientos de cálculo; que es lo que muchas personas lo ven más necesario y útil.
Las dos compañeras que hemos hecho el dibujo, hemos coincidido en determinar que sería una mujer. Ya que las mujeres adultas mayores de nuestros días, solían tener menos oportunidades para ir a la escuela cuando estaban en edad escolar, ya que la enseñanza y la educación reglada estaban masculinizadas mayoritariamente; y las mujeres quedaban relegadas a su casa, a sus hijos y su casa.

2.    ¿Cómo crees que será su actitud como estudiante?

Asociada a las características antes comentadas, suponemos que esta persona adulta mayor, será una persona no acostumbrada al ambiente educativo, ya que consideramos que ha dejado los estudios, y que volver a ello, le supondrá una adaptación a volver a estudiar, y asistir a clase.
Asociamos también a una persona mayor, que se acerca a edad adulta a la educación, que mostrará interés por aprender, y tendrá inquietudes diferentes. Será crítico y dará su opinión sobre lo que se estará estudiando, ya que por su experiencia, tiene una mayor seguridad para opinar de ciertas cosas y ser crítico, mientras un alumno en edad escolar, no cuestiona lo que dice el profesor.

Por otra parte, algunos conocimientos los podrán contrastar y sacar ejemplos de su propia experiencia; por ejemplo, en el caso de la historia de España, si se trata el tema de la guerra civil  o el franquismo y alguno vivió en dicha época, podrá exponer su experiencia. Además creemos que valoraran el aprendizaje y por ello se mostraran agradecidos por esta nueva oportunidad.

martes, 12 de noviembre de 2013

EPD 5 La educación de adultos y las etapas vitales

La EPD 5 denominada “La educación de adultos y las etapas vitales”, ha sido debatida entre diversas compañeras de clase entre ellas, Julia Martínez, Ángela Sánchez, Jenny Vázquez, Cristina Tomé y María Eugenia Antúnez. A continuación, se exponen los resultados de esta sesión.

¿Cuándo una persona es adulta? Establece los criterios que deberíamos tener presente para considerar que alguien es adulto.

La adultez es un periodo complejo de definir, puesto que cada enfoque entenderá al adulto de una manera diferente y cada sociedad, con sus valores y creencias determinará el comportamiento o conductas que debe seguir la persona adulta.

¿Nos consideramos adultas?, creemos que poco a poco vamos tomando el control de nuestras vidas y vamos gestionando y organizando nuestras decisiones, además cada vez tenemos más responsabilidades de las que ocuparnos (cultural: cuando uno persona es adulta debe ir creciendo y eso además conlleva una serie de responsabilidades), pero por otro lado y a su vez, en otras muchas ramas del conocimiento y del ser, nos consideramos adolescentes. Por lo que, creemos ser adolescente en ciertos ámbitos (culturalmente asociados) y adulta en otros contextos.

Es por ello que, debatimos en grupo la cuestión de considerarnos o no adultos y adultas, algunos compañeros opinan que un adulto no tiene porque ser racional en todos los aspectos, sino tener comportamientos irracionales considerados más propios de adolescente, pero ello no significa que ya no se es adulto. En mayor o menor medida se van a ir cumpliendo los criterios que nosotros mismos establezcamos, e individualmente creamos nuestra propia definición de adulto.

No estamos de acuerdo con las definiciones de Maslow, Erikson y Allport, ya que el ser adulto no significa haber alcanzado todas tus metas, ni se tiene por qué tener una personalidad madura. Al igual que con la delimitación que se realiza posteriormente, con asumir responsabilidades, equilibrio y predominio de la razón. Aunque luego se expone que un adulto puede ser que no haya madurado ni emocionalmente ni moralmente, pero al tener ciertas características que lo categorizan como adulto, la sociedad se espera de esa persona las delimitaciones antes explicadas. El texto leído, además incluye que no se puede considerar una etapa estable la de la adultez, ya que se producen múltiples cambios y procesos evolutivos, como en etapas anteriores.

En el texto se establece diferentes criterios desde donde se expone qué es ser adulto:
El criterio etimológico establece que una persona adulta es aquella que ha terminado de crecer, con la que no estamos de acuerdo porque a veces esto no coincide, ya que se sigue creciendo personalmente, aunque no tanto biológicamente.
Otro de los criterios es el cronológico que establece adulta a personas entre los 20-60 años, y en este caso observamos una contradicción con el criterio jurídico, que por su parte establece a la persona adulta a partir de los 18 años. Pero en el caso de una mujer mayor de 16 años, se le otorga el derecho de poder decidir sobre poder o no abortar.
Socialmente, los autores explican que es adulta una persona integrada en el medio social y con unos derechos, libertades y responsabilidades reconocidas.
Y por último, se expone que ser adulto desde el ámbito psicológico es cuando un individuo posee un personalidad madura, responsable y cabal con plena capacidad y dominio personal, ante este criterio se nos plantea una duda, una persona con discapacidad intelectual que no dispone de una capacidad plena y dominio personal, ¿nunca sería adulta?.
Creemos que es imposible determinar una edad común, en donde todas las personas comiencen a ser adulto. Se pueden realizar estudios que confirmen una edad aproximada, no nos podemos olvidar de las características individuales de las personas, que siempre tenemos que tener presente, nuestra familia, entorno, grupo de iguales, cultura, son influyentes a la hora de dictaminar, la etapa en la que se encuentra una persona.


b. ¿Cuándo podemos considerar a una persona adulta mayor?

Al igual que en la pregunta anterior, consideramos que existe una gran dificultad de definición de la persona adulta mayor. Pero desde nuestro punto de vista solemos caer más en los tópicos con el adulto mayor, ya que lo asociamos a personas mayores de  65 años, jubilados, con una disminución de destrezas motoras, la memoria, etc; cayendo en estos prejuicios obviamos algunos fenómenos como el envejecimiento activo. Además, en entradas anteriores hemos abarcado el tema del envejecimiento y la construcción social de la dependencia.
Pero a pesar de la dificultad de su definición podemos establecer algunas características que como grupo asociamos a personas adultas mayores, y estas son:
-Conciencia de la muerte, ya que ven más cerca a la misma, porque en ocasiones pierden a seres queridos; y consideramos que se plantean este aspecto del ciclo vital.
-Conocimiento mayor de sí mismo, consideramos que este conocimiento les otorga información sobre cuál será su comportamiento ante diferentes situaciones.
-Valoración del entorno cercano.
-Conciencia y evaluación del trayecto de vida, en ocasiones pensamos que se plantean su recorrido vital, se arrepienten de errores, y reconocen sus logros.
-En algunos casos, se reducen sus capacidades tanto físicas como psíquicas, pero en este caso se puede optar por reforzar sus potencialidades (envejecimiento activo) o no hacer nada para evitarlo y dejar que siga incrementando la dependencia.
Estas características comentadas, las establecemos desde nuestro punto de vista, y aunque somos conscientes que estamos cayendo en una categorización; ya que en ocasiones los mayores no son como comentamos. Además debemos resaltar que las personas adultas y mayores son diferentes según la sociedad y el momento en el que nos encontremos, anteriormente explicado.

c. Si tuvieras que establecer ritos de paso a la etapa de adulto mayor, ¿cuáles serían?

Creemos que alguno de los ritos de paso de la etapa del adulto mayor, podrían ser:
-          Planteamiento de la muerte.
-          Jubilación.
-          Reducción de capacidades, tanto físicas como psíquicas.
-          Dependencia (tener que pedir ayuda).

-          Tener Nietos/as.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Construcción social del adulto mayor

En una enseñanza básica se abordó el tema de adultos mayores, en concreto del trato que les otorga la sociedad a estas personas, de manera que son tratados como niños pequeños, obviando toda la experiencia acumulada por su trayecto vital. Sin embargo, como se ha visto y estudiado son personas que también pueden tener las mismas inquietudes que una persona más joven, pero la sociedad y nuestra actitud para con ellos tiende fomentar que esta es una etapa final, en la que ya no queda nada por hacer, además estas personas se lo creen, puesto que en muchos de sus discursos se ve reflejado.

Pero está claro que esto son creencias, igual que asociamos la etapa de adulto mayor con vejez y esta a su vez con retiro o jubilación, en otros lugares no es así. En Japón, la vejez es un símbolo de estatus o en Marruecos hay que venerar a los mayores. En caso contrario, y como se viene comentando aquí, en otras zonas occidentales, el envejecimiento se considera por lo general algo indeseable.

Los estereotipos sobre el envejecimiento, internalizados en la juventud y reforzados por décadas de actitudes sociales, pueden convertirse en estereotipos personales, que a nivel inconsciente pueden afectar las expectativas de la gente mayor acerca de su conducta y a menudo actúan como profecías que se autorrealizan (Levy, 2003).

Además, un estudio antropológico llevado a cabo por compañeras de clase del doble grado, realizamos una pequeña investigación en una Unidad de Estancia Diurna, y cuyas conclusiones básicas fueron que, a medida que aumenta la edad, se va produciendo un deterioro físico y aumento de las limitaciones de la propia persona, pero esto no quiere decir que exista una dependencia como tal del anciano. El conjunto de interrelaciones entre el anciano y el resto de personas e instituciones, son las que provocan que se considere este como dependiente, siendo por lo tanto la dependencia una construcción social.

Los individuos observamos los cambios biológicos, y se le otorga un significado. Este significado es lo que condiciona nuestras respuestas, narrativas y comportamientos hacia los demás en relación a la vejez. Con el desarrollo capitalista e industrial la experiencia deja de ser la principal fuente de conocimiento, por lo que pierde valor, y la producción se convierte en lo principal. Por el contrario, la juventud se toma como referencia al comprender aquellos rasgos que se consideran primordiales en el mercado industrial (competitividad, aceleración, agresividad).

Por tanto, es nuestra visión de la vejez la que condiciona el trato que les damos a los mayores adultos. ¿Y cómo los vemos? Entendemos la vejez como un problema ya que al quitarle valor a la experiencia, le estamos quitando valor a la vejez al identificarla con jubilación y ésta con inutilidad (citado en Rodríguez Ibáñez, 1998). Y a su vez, estorbo para las personas de menor edad que están trabajando, varios son los ejemplos que encontramos en nuestras visitas al centro y nuestro trabajo de campo que verifica todo lo que aquí se expone.

Así, entendemos la vejez como un periodo de indefensión e inutilidad laboral, las escenas cotidianas en las que las personas de mayor edad pueden participar se consideran ridiculeces (Rodríguez Ibáñez, 1998). Por tanto, se le asignan actividades “apropiadas”  que deben hacer, es decir, triviales. Se tiende a retratar a las personas mayores como viejos entrañables y encantadores, pero es un mito que desautoriza la autoridad al eliminar sus propias personalidades.


Y por último, resaltar que las actividades y el trato que recibían los mayores en la U.ED. era propio de niños de un colegio, que van todas las mañanas a hacer sus deberes y en caso de que tuvieran dudas le preguntan a su “profe”. En ningún momento las actividades se enfocan al aprendizaje de nuevas tareas o conocimientos, sino a recordar lo que ya se sabe (puesto que se considera que en esta etapa ya no es necesario seguir aprendiendo). Además se asignan espacios y roles, quién puede estar al lado de quién, para no distraerse o quién es la más lista o torpe de la “clase” (Babi M., Méndez A.,  Roldán I., Antúnez M.E., 2012).